Eternizas todo aquellos que con tus dedos tocas.
Como roca del mar distante y recelosa,
mi cuerpo de mujer enamorada
al oido te suspira palabras de amor encarnecido
y te pide que beses
sus labios castos y encendidos.
Fundámonos como poeta a sus versos doloridos
y ardamos como la suave vela
y seamos ceniza juntos al consumirnos.
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