Sin que a mis pupilas
acudiera a nublar una lágrima,
Sentí cómo la llama de mi corazón
para siempre se apagaba.
Sin que a mi párpado
acudieran a humedecer las lágrimas,
Sentí el agrio sabor de la traición resbalando por mi garganta.
Con cada gota de aire
que trepaba por mi garganta
sentía cómo se me desgarraba el alma.
Cómo pudiera arrancarme
su imagen de las entrañas.
Dios mío,explícame
¡Cómo pudiera el olvido poblar mi alma!
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