domingo, 12 de marzo de 2017

Del enhiesto corazón 
desde tus ventanas 
bajando a través de las ramas 
alcancé a ver 
los ecos que pueblan tu alma,

yo escuché entre suspiros
tu corazón mi nombre bramar
y escalando llegué a tu sien 
y mi nombre al suspirar 
volví a sentir
de tus adentros pronunciar,
y tanto me gustó tus adentros descubrir
que sin pensármelo dos veces 
me quedé para siempre allí.

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