Discípulos del cielo 

que sin poder evitarlo chocáis al avanzar

contadme a qué sabe la libertad. 

Vosotras que contempláis

entre algodones 

al gato triste con su aguda voz 

entre maullidos lamentar ,

al enhiesto árbol con sus ramas 

al cielo rozar,

contadme qué sentís al volar.

Vosotras que cuando queráis 

sus ojos podéis admirar,

contadme qué sentís 

al escucharlo respirar.

Contádmelo,por piedad,
Que estoy empezando a olvidar. 

Viaja tímido, 

y sus movimientos 

son para mí una pasión abrasada, 

y lentamente gira su cabeza

para ver mis rizos temblar

y entre abre sus labios

para que un suspiro pueda escapar, 

y cuando escapa, 

al fondo de mi alma va a parar

y aunque no broten palabras a mis oídos a escuchar 

desde sus labios a pronunciar 

cual hoy por hoy 

y ayer por mañana, 

volvemos los dos nuestra cabeza a girar. 

Dios quiera

 que el tiempo vuelva a parar

 cuando nuestras miradas vuelvan a chocar 

pues no eres niño

 más que un efímero sueño al despertar.